Sacrofano (RM),16-17 de noviembre de 2024

 

La tercera Asamblea Nacional para Responsables/Servidoresos de las realidades de la Renovación Carismática Católica, celebrada en Sacrofano (RM) los días 16 y 17 de noviembre de 2024, contó con la participación activa y significativa de representantes y miembros de comunidades y grupos de oración, sobre el tema «Uno es el Señor» (1 Cor. 12,5). Este encuentro, organizado por el CNSC – CHARIS Italia en el Instituto Fraterna Domus, tenía como principal objetivo la elección del nuevo Servicio Nacional de Comunión, así como la promoción de una mayor unidad entre las distintas realidades carismáticas.

El viernes 15, antes de la asamblea, aprovechando su estancia en Roma, algunos miembros de la Comisión para las Comunidades del Consejo Internacional de CHARIS (CISC) quisieron reunirse con varias comunidades para conocerlas y compartir el trabajo encomendado a CHARIS por el Santo Padre. Los interlocutores fueron Pino Scafuro, moderador de CHARIS, Shayne Bennett (Australia) coordinador de la comisión, Tony Laureys (Bélgica) representante para Europa y líder de la comunidad ecuménica la «Espada del Espíritu», Fred Adrian Mawanda, representante para el África anglófona y Elisabeth Namusoke, representante de las comunidades, estos dos últimos de Uganda. 

La necesidad de apoyar y ayudar a las comunidades necesitadas se identificó como una de las tareas prioritarias, inspirada en la experiencia de las primeras comunidades cristianas. Además, se hizo hincapié en la belleza de la llamada a la unidad de los cristianos, instando a los participantes a superar las fracturas y divisiones mediante la acción del Espíritu Santo. Una poderosa imagen utilizada para explicar este concepto fue la del Kintsugi, el antiguo arte japonés de transformar restos de cerámica en obras de arte, utilizando un pegamento mezclado con metales preciosos. El Espíritu Santo es el pegamento precioso que puede transformar las heridas que las realidades han procurado en su camino en signos de belleza y comunión.

El sábado 16, un grupo musical compuesto por miembros de distintas realidades creó una atmósfera de intensa espiritualidad, implicando a los participantes en la oración. Después, el cardenal Matteo Zuppi, en un video mensaje dirigido a los participantes, subrayó el tema del encuentro, «Uno es el Señor»: Es esencial que cada miembro de la Iglesia, manteniendo su propia especificidad y carisma, contribuya a construir una unidad que refleje el amor de Cristo. La invitación que surgió es clara y actual: ¡amemos a la Iglesia y sintámonos en comunión con ella porque Uno es el Señor!

En la segunda parte de la mañana, las intervenciones de Mario Landi y María Pasquarelli, miembros del CNSC, ofrecieron significativas intuiciones. Mario Landi, en particular, se centró en el tema de la Renovación Carismática Católica (RCC), explorando la dinámica de la sinodalidad y la dimensión carismática en la vida de la Iglesia. Sus observaciones pueden resumirse en puntos clave que destacan la relevancia de la corresponsabilidad de los laicos, el reconocimiento de los carismas como dones del Espíritu Santo y como diversidad vocacional, y la importancia de la escucha inclusiva. La comunidad eclesial está llamada a estar unida en la misión, reflejando el cuerpo de Cristo, dijo Landi. Las palabras y la orientación del Papa Francisco fueron centrales en su discurso, sugiriendo una visión profética de la Iglesia en el camino hacia la unidad y la misión, donde la comunión es esencial y la diversidad es valorada. Se destacó la dignidad bautismal, reafirmada por el Concilio Vaticano II, fundamental para valorar cada aportación dentro de la comunidad, y la madurez eclesial, es decir, la formación permanente en la fe, ambas necesarias para vivir los desafíos contemporáneos de forma auténtica y misionera y renovar el propio compromiso misionero dentro de la Iglesia. Los carismas y la sinodalidad deben trabajar juntos para construir una Iglesia más inclusiva y viva.

María Pasquarelli trazó en su discurso una reflexión sobre la historia de la Renovación Carismática Católica (RCC) en Italia, destacando tanto los éxitos iniciales como las divisiones que surgieron con el tiempo. Subrayó cómo la reconciliación y un renovado espíritu de unidad entre los diversos grupos carismáticos se consideran signos positivos del reciente crecimiento espiritual. El discurso destacó que gracias a CHARIS y a la creación de los Servicios Nacionales de Comunión, ha sido posible una nueva fase de unidad y comunión, permitiendo al Espíritu Santo guiar las realidades carismáticas hacia un camino común. Este proceso se considera fundamental para alcanzar la plena madurez fraterna, elemento esencial para ser una Iglesia en salida. Una meta que representa un fruto largamente esperado, por el que se puede expresar gratitud al «Único Dios que obra todas las cosas en todos».

A última hora de la tarde se celebraron las elecciones para la constitución del Nuevo Servicio Nacional de Comunión. Las siguientes personas formarán parte del SNC durante los próximos cuatro años:

Ciro Fusco, Mirko Pettinacci, María Pasquarelli, Giuseppe Cataldo, Anna Leonetti, Michele Rossatti, Griselda Ciclista, Corrado Sergio Di Gennaro, P. Pasqualino di Dio, Alessandro Ruo Rui, Maríano Benzi, Alessandro Rutigliano, Michele Ragone, Daniela Giorla, P. César Alejandro Pluchinotta. 

El representante de los jóvenes (menores de 30 años) será elegido próximamente por un foro de jóvenes de las distintas realidades. 

El estilo de los representantes del nuevo Servicio Nacional de Comunión (CNSC) – como subrayó Ciro Fusco en su discurso de clausura – debe seguir siendo el de humildes servidores.

El domingo 17 se vivieron momentos significativos, como una oración comunitaria carismática participada sobre los propios representantes del CNSC y la celebración eucarística dirigida por S.E.R. Mons. Dario Gervasi, Secretario Adjunto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Durante su homilía, Mons. Gervasi subrayó que incluso de las divisiones pueden nacer frutos positivos y que ha llegado el momento de buscar la unidad. Subrayó que CHARIS representa una oportunidad para revivir la comunión en el Espíritu que caracterizó los primeros tiempos de la Renovación Carismática. La unidad, explicó, es fundamental porque aporta luz, alegría y conversión, y es un elemento esencial para una evangelización eficaz.

Mons. Gervasi invitó a todos a comprometerse a redescubrir la unidad de propósitos, que también es crucial para re evangelizar con métodos innovadores, recuperando la frescura que sólo el Espíritu Santo puede dar. Describió el contexto actual como un mundo marcado por los escombros y los conflictos, e instó a pedir el don de la unidad para la Iglesia y el mundo. Por último, invitó a todos a cultivar en el corazón el deseo de la venida de Dios, para vivir este período como una espera fecunda y esperanzada.

 

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