Preguntas y respuestas 

Comisión Doctrinal – International Catholic Charismatic Renewal Services

Anno 2018

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Hoy en día, los tatuajes son más comunes que nunca. Parecería como si cada segundo una persona tiene un tatuaje de algún tipo. Artistas, atletas profesionales, muñecas e incluso algunos sacerdotes los tienen. Con una proliferación de los tatuajes como ésta, y con el aumento del interés sobre ellos, ¿qué enseña la iglesia sobre ésta práctica?

En pocas palabras, no existe una enseñanza clara de la iglesia en la que se prohíban los tatuajes. Las opiniones son variadas: algunos dicen que marcar tu cuerpo de esa manera está mal, mientras que otros opinan que es una forma legítima de expresión personal. ¿Entonces quién tiene la razón? ¿Existe una respuesta objetiva a esta pregunta?

Muchas personas recurren al Antiguo Testamento, específicamente a Levíticos 19, 28 y afirman que Dios claramente prohíbe los tatuajes. Esto se debe a que la palabra tatuaje aparece en este versículo en algunas traducciones; por ejemplo, la Versión Estándar Revisada (RSV) declara: « No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor».

Antes de mirar a este versículo en su contexto, vale la pena tener en cuenta que la tradición católica clasifica las leyes de Levíticos en tres tipos de leyes: ceremoniales, judiciales y morales. Desde la llegada de Cristo, las leyes ceremoniales y judiciales ya no se ejercen, pero sí las leyes morales. Por ejemplo, la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo en Lev 18, 22 es parte de la ley moral y sigue vigente; sin embargo, Lev 19, 26-27, en donde se declara que no está permitido cortarse la barba ni comer carne que aún tenga sangre, es parte de una ley ceremonial. Existen muchas leyes como esta que ya no están vigentes para los cristianos y, por lo tanto, es un error citar a Lev 19, 28 fuera de su contexto y usarlo para justificar una condenación a los tatuajes.

Para interpretar correctamente el versículo de Lev 19, 28, debe ser leído en su contexto. ¿Por lo tanto qué significado tiene la palabra “tatuaje” en su marco levítico? Luego de ser rescatados de la esclavitud en Egipto, los israelitas se encontraban atrapados entre las culturas de Egipto y de Canaán, ya que estaban influenciados por ambas. Estudios arqueológicos recientes han encontrado evidencia sobre los tatuajes en Egipto. Las mujeres se tatuaban en diferentes partes del cuerpo en línea con las costumbres de fertilidad. Se creía que esto era un amuleto de buena suerte asociado con el proceso de dar a luz. En Canaán, en vez de marcar sus cuerpos con tinta, se usaban medidas más extremas: sacrificio o marcación (como se hace con el ganado) y cortes en la piel. Arqueólogos también han encontrado que los canaanitas se hacían cortes en sus cuerpos por motivos ritualistas, especialmente para honrar a sus dioses y para hacer el duelo de sus muertos. Parecería ser que es ésta práctica la que Lev 19, 28 prohíbe cuando dice «No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel». Por lo tanto, es probable que Dios estuviera prohibiendo el sacrificio más que el hacerse tatuajes como los que conocemos hoy en día.

El contexto cultural distinto de este texto es una de las razones por las que no hay una enseñanza directa de la iglesia sobre el tema de los tatuajes; sin embargo, esto no es una autorización para hacerse tatuajes ilimitadamente. Una persona aún necesita «pensar antes de tatuar» su piel. En primera instancia, es importante recordar que no somos nosotros mismos, sino que somos el templo de Dios (1 Cor 6, 19-20). Necesitamos preguntarnos cuánto podemos llegar a desfigurar nuestros cuerpos para ajustarnos a nuestros deseos sin deshonrar la belleza de la forma humana como Dios la creó.

Existen otras cosas a considerar también. Una de ellas es la motivación detrás del deseo de hacerse un tatuaje. Mientras que la expresión personal es aceptable hasta un cierto punto, ¿el deseo de tatuarse es para glorificar a Dios o es para glorificarse a uno mismo? ¿Es una decisión apresurada producto de la presión de los demás o del alcohol, o es algo que tiene un significado profundo por lo cual se ha orado, pensado y considerado un largo tiempo? ¿Y qué decir sobre la ubicación del tatuaje? ¿Está en un lugar muy visible del cuerpo, tal como la cara o el cuello, los cuales quizás no son los mejores lugares para tener un tatuaje, o está en un área que puede llevar a que otras personas te observen y que esto hiciera que sus pensamientos se alejen del Señor? ¿Qué tipo de tatuaje es? ¿Es una imagen o un escrito digno del templo del Espíritu Santo o es solo un grafiti que contiene obscenidades o incluso blasfemias?

Las opiniones serán firmes de ambos lados de este debate, pero debemos ser cuidadosos de no hacer de esto un tema de infidelidad a las enseñanzas católicas, ya que no existe una enseñanza del magisterio sobre esto. Es posible que los católicos no lleguen a un acuerdo sobre esto en buena fe. Como sucede con todas las cosas, deben ponerse en práctica las virtudes de templanza, caridad y prudencia

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