Preguntas y respuestas 

Comisión Doctrinal – International Catholic Charismatic Renewal Services

Anno 2014

 

En la Renovación Carismática Católica, la preparación espiritual que conduce a la oración para una efusión o Bautismo en el Espíritu Santo se llama “Seminario de Vida en el Espíritu” o “Seminario de las Siete Semanas”, refiriéndose como tal a las siete semanas de oración y expectación, que los apóstoles y las mujeres – entre ellas María – vivieron desde la Pascua hasta Pentecostés.

El día cincuenta, el Espíritu Santo cayó sobre ellos, quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. (Hch 2, 4)

El Bautismo en el Espíritu Santo abre a la plenitud del Espíritu, a los carismas y al uso de esos carismas, todos dados para servir al Cuerpo de Cristo, y a planear la misión para evangelizar como testigos verdaderos y fieles de Cristo Redentor. 

Al final del Concilio  Vaticano II, los veinticinco estudiantes y profesores que tomaron parte a mediados de febrero en un retiro en la Universidad de Duquesne en EEUU, se habían preparado orando a diario al Espíritu Santo, así como estudiando los cuatro últimos capítulos de los Hechos de los Apóstoles. Al final de ese fin de semana, experimentaron de una manera tremenda una efusión potente del Espíritu Santo como respuesta a su profunda oración a Dios de intensificar la gracia de su bautismo y su confirmación. Allí se produjo el nacimiento oficial de la RCC. Los Seminarios de Vida en el Espíritu conducen a todos los que han sido bautizados, pero no evangelizados, a un encuentro personal con Cristo, y a una nueva apertura al Espíritu Santo. No se trata simplemente de escuchar y recibir charlas, sino de vivir un camino de conversión profundo, rompiendo con una vida de pecado, obteniendo la sanación interior o la liberación.

Es obvio que el Bautismo en el Espíritu Santo, tal y como se experimenta al final de uno de estos Seminarios, puede ser dado por Dios en todo su omnipotencia sin que uno tenga que haber seguido explícitamente un Seminario de Vida en el Espíritu, por ejemplo con ocasión de una renovación de votos de una vida consagrada, o incluso con ocasión del Sacramento de la Confirmación, si su preparación ha hecho hincapié en los mismos temas que los Seminarios. “La venida del Espíritu Santo no depende de nosotros. Dios derrama su Espíritu cuando quiere”.

Los Seminarios de siete semanas desarrollan los siguientes temas:

  • Dios nuestro Padre es amor y ama personalmente; 
  • Jesús es vuestro Salvador;
  • Jesús es vuestro Señor;
  • Haceos discípulos de Jesús, sanados por su perdón, liberados de todo vínculo y posesión maligna; 
  • Recibiréis el Espíritu Santo y seréis testigos de Cristo Redentor.
  • Tenemos que descubrir de Nuevo el amor del Padre, la salvación y el Señorío de Jesús, para prepararnos a convertirnos en discípulos de Jesús y testigos en la comunidad cristiana. 
  • Sólo después de esta formación y experiencia de conversión viene la oración para el Bautismo del Espíritu Santo. No podemos hacer todo eso en un solo día.

No obstante, es posible, y lo hemos experimentado muchas veces en nuestros grupos de oración, hacer toda la formación en sólo dos semanas. En este caso, después de una entrevista personal con cada participante y una introducción a los Seminarios (2 días), las charlas pueden darse en diez días y terminar con la oración por una efusión y un envío a la misión (3 días).

La 4ª charla del seminario, en el día 6, es vital porque habla del perdón y de los pasos a tomar, la sanación interior y la liberación.

Un retiro auténtico para prepararse para el Bautismo en el Espíritu Santo no puede suceder solo en un día. Si esta efusión no se prepara bien, muy a menudo vemos efusiones que no darán el fruto esperado, frutos de santidad, de un cambio de vida, ni aportará carismas auténticos para servir al Cuerpo de Cristo en el poder del Espíritu Santo.

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